Valparaíso.- Leslie Quintana Gutiérrez es una tens de 33 años, porteña y madre de una hija de 6 años. Hace 10 años que trabaja en el Hospital Eduardo Pereira en la Unidad de Medicina Transfuncional, donde su labor consiste en entregar el apoyo de sangre a pacientes que lo requieren en intervenciones médicas.

Durante todo este proceso de la pandemia su vida transcurría con relativa normalidad hasta que se enfrentó cara a cara con el temido Coronavirus, obviamente sin saberlo. El lunes 4 de mayo, en un procedimiento cotidiano, le correspondió realizar una transfusión a un paciente de cirugía. Luego de realizar el procedimiento exitosamente, terminó su turno y se retiró a su domicilio.

Al día siguiente, el martes 5 de mayo a las 10 am, recibiría un llamado que la dejaría en ascuas, el paciente que ella había atendido registró Covid positivo, a eso se agrega que algunos de sus compañeros de turno también obtuvieron el contagio. La semana transcurrió, con un poco de nervios, pero algo hizo que Leslie mantuviera la confianza de que no se había contagiado, la clave, haber usado correctamente sus Elementos de Protección Personal (EPP).  

Y efectivamente así fue, el viernes 8 de mayo se realizó el examen de PCR y le resultó negativo. El alivio fue grande para ella y familia, pero al mismo tiempo fue una confirmación que, siguiendo el protocolo al pie de la letra y utilizando los Elementos de Protección Personal (EPP) de forma responsable y correcta, se puede evitar el contagio con el Coronavirus.

“Lo que más me costó fue mantener distancia con mi hija. Ella igual me saluda, pero sabe que no me puede saludar cuando llego a la casa. Cuando ya estoy con el pijama ella me saluda, pero no nos abrazamos”, señaló emocionada Leslie Quintana.