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9 de Diciembre de 2020

Doctora HEP Mónica Berenguer: “el bienestar de las personas no está sólo en las manos técnicas de los médicos”.

“Dentro de lo duro que ha sido esta esta pandemia, nos ha traído el regalo poder empatizar mucho más entre nosotros mismos, tanto entre los equipos de Salud con los pacientes, como viceversa”, señaló la médico internista y de intensivo del Hospital Dr. Eduardo Pereira (HEP) de Valparaíso, doctora Mónica Berenguer, certificada como coach ontológico, disciplina que tiene relación con profundizar la mirada de la humanización en distintas actividades y disciplinas.

La directora del HEP, Angélica Sanhueza; la subdirectora Médica, Dra. Mónica Cevallos y la doctora Mónica Berenguer, quien actualmente se desempeña como médico jefe de la Unidad de Gestión de Camas, se reunieron a conversar sobre este tema durante la última edición del programa “Haciendo Salud” que se emite todos los miércoles, a las 12 horas, por radio Portales de Valparaíso (89.5 FM).

La directora del HEP manifestó que dentro de las políticas públicas, “uno de los aspectos más relevantes es que los ciudadanos se sientan personas y no números y por lejos, creo que la política pública más sensible en este sentido, es la referida a salud, porque no sólo afecta a la persona, sino a un grupo familiar completo”.

“Y precisamente, la mirada humanizadora en el ámbito de la salud, es una de las cosas que más agradece la población en forma transversal”, puntualizó Angélica Sanhueza.

Por su parte, la doctora Mónica Berenguer manifestó que “la pandemia nos ha afectado a todos, pero creo que nos ha enseñado a empatizar mucho más entre nosotros mismos” y explicó que en su área de desempeño, “ya no estamos hablando de gestión de camas, sino que estamos hablando de gestión del paciente y de cómo ofrecerle la mejor alternativa de atención, en el mejor lugar y oportunidad. De eso se trata”.

En el fondo, sostuvo la facultativa, “un paciente no es un número. Es un ser humano, con una familia que está por detrás. Y también es un equipo humano el que lo está recibiendo en el hospital”.

Agregó que “cuando estudié medicina, tuve la ilusión en algún momento de pensar que si nos capacitábamos bien, tendríamos la capacidad de curar y salvar muchas vidas, haciendo técnicamente bien nuestro trabajo. Y al poco andar, me di cuenta que no cubríamos lo que tiene que ver con el factor humano, que no estábamos conscientes que la parte emocional impacta en nuestros comportamientos, en el estado de salud y de las enfermedades”.

Fue así como la doctora Berenguer se acercó a la psiconeuroinmunoendocrinología, que es una transdisciplina, no una especialidad, según explicó. “Hace el puente entre el factor humano y técnico. Y a través de ella podemos explicar cómo impacta lo humano en la evolución de la salud y de las enfermedades y tener esta mirada integral para ponerla en servicio, no solamente por prestar la atención humanitaria que corresponde, sino por todo lo que impacta en la salud el tema de las creencias, de las emociones y de las relaciones. ”

La especialista aseveró que “es importante que los pacientes sepan que hoy existe evidencia científica respecto a que la predisposición anímica influye en el abordaje de sus patologías. Un paciente que muestra mayor fuerza interior, la que puede venir desde su creencia religiosa o espiritual, o de una fuente familiar, tiene mejor recuperación”.

La doctora Mónica Cevallos concordó en que los aspectos emocionales, ambientales y el acompañamiento familiar, son aspectos que afectan positivamente en la salud de las personas, en especial de quienes padecen enfermedades. Recordó, por ejemplo, que “tuve una paciente joven que hizo una pancreatitis por un cálculo en la vesícula; luego hizo una complicación del páncreas que se infectó y se trató, se dio de alta y recayó: hizo un segundo cuadro infeccioso y había que operarla para drenar. Pero me impactó mucho porque me dijo, doctora, yo ya no quiero vivir más, me voy a morir. No quiero más operaciones. Cinco días después la cirugía falleció. No sabíamos por qué. Creo que fue un cese de querer vivir. Ella lo decidió antes”.

 “Y por otro lado, añadió, tuve una paciente de 80 años con un cuadro infeccioso grave, una falla orgánica múltiple, con pronóstico de recuperación uno de cada 100 y la señora, con muy buen estado anímico, salió caminando al hospital”.

CURAR NO ES LO MISMO QUE SANAR

La médico internista e intensivista del HEP Mónica Berenguer, subrayó otro tema que a su juicio es muy relevante: “es la diferencia entre el curar y sanar. Curar tiene que ver con la medicina y patologías. Sanar tiene relación con la tranquilidad del ser humano, con que su vida está bien gestionada en términos emocionales”.

Agregó que como el ser humano tiene certeza de que va a morir tarde o temprano, “lo ideal es que al momento de morir, estemos sanos. Eso es una que es una forma de morir que es muy tranquilizadora para el paciente, para la familia y para su entorno”.

En tanto, la directora Angélica Sanhueza señaló que “es muy valorable cuando nos encontramos con médicos que ponen a disposición de los pacientes, no sólo sus competencias técnicas, sino que sus habilidades y herramientas; que los consideran como personas en su inmensidad, como un ser humano que está pasando por un momento complejo al estar hospitalizado, donde se entiende que hay que relevar su calidad de persona”.

Finalmente, la doctora Mónica Berenguer planteó una reflexión para todos. “¿De qué manera puedo contribuir a que mi bienestar y mi recuperación no solamente esté en las manos de los médicos o del equipo de salud? Cada uno es parte activa de su estado de salud y eso implica revisar cómo estoy con las relaciones, cuáles son las ayudas especiales que tengo que pedir  y atreverse a hacerlo”.